Demostrativos con o sin tilde

© Justo Fernández López www.hispanoteca.eu

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Soy corrector de traducciones en China y los maestros traductores chinos siguen erre que erre aferrados a la clásica distinción del adjetivo demostrativo sin tilde y el pronombre demostrativo con tilde. Imposible hacerles cambiar. Y han surgido dos casos terribles en los que estoy muy dudoso:

- ¿Me gusta ese del escaparate [ese funciona como determinante de un sustantivo elidido, caso análogo a Quiero el del escaparate] o Me gusta ése del escaparate [ése funciona como pronombre]?

- ¿Quiero ese rojo o Quiero ése rojo [iguales distinciones que en el caso anterior]?

La última edición de la Ortografía (2010) de la Real Academia Española (RAE) deja dos opciones para la acentuación gráfica de los demostrativos: marcar con la tilde los demostrativos cuando ejercen la función de pronombres o no dejar de tildar los pronombres incluso en casos de ambigüedad. El que opte por seguir marcando con la tilde los demostrativos cuando son pronombres, se encontrará con el problema de determinar cuándo el demostrativo es pronombre y cuándo es adjetivo. Tradicionalmente se optaba por no acentuar el demostrativo cuando acompañana inmediatamente (!) a un sustantivo y acentuarlo en los otros casos. Esta norma se basaba en la distinción entre adjetivos demostrativos y pronombres demostrativos. En los últimos años, esta distinción no es aceptada por muchos autores, que consideran que los demostrativos son o pronombres o determinantes.

«Suele aceptarse hoy que los artículos, los demostrativos y los posesivos constituyen la clase gramatical de los DETERMINANTES o DETERMINATIVOS. Si se interpreta este término en un sentido amplio, de forma que dé cabida a otras unidades que legitiman a los sustantivos como argumentos de un predicado, la clase de los determinantes se amplía para dar cabida a los cuantificadores prenominales (alguna, tres, muchos, etc.). .» (RAE: Nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa Libros, 2009, § 1.9r)

Si se distingue entre demostrativos como determinantes y como pronombres, el demostrativo puede no acompañar inmediatamente al sustantivo al que se refiere y, sin embargo, seguir siendo un determinante de un sustantivo sobreentendido, elidido o tácito (Ø), cuyo contenido se recupera gracias a la información aportada por la situación discursiva o el contexto oracional. De este modo, los determinantes seguirían siendo tales y no se recategorizarían como pronombres.

«Los autores de textos escolares tampoco se ponen de acuerdo en la caracterización extensional de la clase de pronombres. Todos coinciden en que hay pronombres personales (yo, me, mí...), demostrativos (este, esto, tal, tanto...), indefinidos (alguien, algo, nadie, nada...), interrogativos/exclamativos (qué, quién, cuál...) y relativos (quien, el cual...), pero en muchos textos se afirma además que los determinantes que no van seguidos de un nombre funcionan como pronombres. [...]

Otros autores sostienen, en cambio, como se recoge en los siguientes ejemplos

a. [Esa Ø] no me ha gustado nada,

b. Ana conoce a [algunos Ø],

c. Juan ha escrito dos artículos y yo he escrito [tres Ø],

d. El primer clasificado es del mismo equipo que [el segundo Ø],

e. Mi coche es más rápido que [el Ø tuyo],

que en estos casos debe sobreentenderse un sustantivo elidido o tácito (Ø), cuyo contenido se recupera gracias a la información aportada por la situación discursiva o el contexto oracional. De este modo, los determinantes seguirían siendo tales y no se recategorizarían como pronombres. Analizar los sintagmas nominales entre corchetes en los ejemplos anteriores como casos de ‘elipsis nominal’ tiene la ventaja, entre otras, de que restringen significativamente la extensión de la clase de pronombres: no habría pronombres numerales o posesivos y evitaría la ‘duplicación categorial’, esto es, el hecho de que un buen número de piezas léxicas sean unas veces determinantes y otras pronombres.

Los determinantes y los pronombres son palabras claramente emparentadas: tienen a menudo un origen histórico común (como ocurre con el artículo y el pronombre personal de tercera persona), presentan claras semejanzas fonéticas (algún/alguien, ningún/nadie...) y tanto unos como otros son categorías ‘nominales’ que poseen un significado gramatical vinculado con la referencia o la cuantificación. No resulta muy arriesgado afirmar, en consecuencia, que los determinantes y los pronombres constituyen, en realidad, una sola clase gramatical. La única diferencia importante que existe entre ellos es que los primeros se combinan con un nombre mientras que los segundos constituyen por sí mismos un sintagma nominal.» (Eguren, Luis / Fernández Soriano, Olga: La terminología gramatical. Madrid: Gredos, 2006, p. 20-26)

La tilde en los demostrativo - Norma académica 2010

A partir de 1952 (Nuevas Normas de Prosodia y Ortografía), la Real Academia declaraba lícito prescindir de la tilde en los pronombres demostrativos “cuando no exista riesgo de anfibología”. Esta norma académica siguió vigente hasta la última edición de la Ortografía de la lengua española (2010), que permite prescindir de la tilde diacrítica en los demostrativos incluso en casos de ambigüedad. La recomendación general es, pues, no tildar nunca ni el adverbio solo ni los demostrativos:

«Puesto que ese empleo tradicional de la tilde diacrítica no opone en estos casos formas tónicas a otras átonas formalmente idénticas (requisito prosódico que justifica el empleo de la tilde diacrítica), ya que tanto el adjetivo solo como los determinantes demostrativos son palabras tónicas, lo mismo que el adverbio solo y los pronombres demostrativos, a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de doble interpretación. Las posibles ambigüedades son resueltas casi siempre por el propio contexto comunicativo.» (Real Academia Española: Ortografía de la lengua española. Madrid: Espasa Libros, 2010, § 3.4.3.3)

La norma de la RAE dice que “a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde” en los demostrativos, pero deja la opción de seguir aplicando la norma tradicional que se basa en la distinción entre adjetivos demostrativos y pronombres demostrativos:

«Demostrativo. Palabra que ejerce una función deíctica, anafórica o catafórica. Se distingue entre adjetivo demostrativo, que acompaña inmediatamente a un sustantivo (esa casa) ejerciendo una deixis, y pronombre demostrativo, que realiza una anáfora o una catáfora, yendo en la frase a distancia de la palabra que señala (éste, aquello, eso, etc.).» (Lázaro Carreter, F.: Diccionario de términos filológicos. Madrid: Gredos, 1968, p. 131)

Según esta distinción tradicional, el adjetivo demostrativo ejerce una función deíctica o de señalamiento cuando acompaña “inmediatamente” a un sustantivo y ejerce una función de pronombre cuando, “a distancia de la palabra que señala) le deixis es anafórica (recoge el significado de una parte del discurso ya emitida) o catafórica (anticipa el significado de una parte del discurso que va a ser emitida a continuación).

El problema está en que esta distinción entre adjetivos demostrativos y pronombres demostrativos ha sido puesta en entredicho:

«Los principales problemas conceptuales o terminológicos que se pueden detectar en los manuales escolares de Lengua Española tienen que ver, en nuestra opinión, con cuestiones como la disparidad de criterios empleados en la definición de las categorías gramaticales y la falta de acuerdo, en concreto, a la hora de delimitar la clase de los determinantes y los pronombres.» (Eguren, Luis / Fernández Soriano, Olga: La terminología gramatical. Madrid: Gredos, 2006, p. 11)

Los demostrativos masculinos y femeninos funcionan como determinantes y como pronombres, mientras que los demostrativos neutros son exclusivamente pronominales.

«La clase de los demostrativos dotados de flexión está sujeta a polémica. Las formas neutras (esto, eso, aquello, tanto, tal) son pronombres y carecen de plural, pero se discute el estatuto de las restantes. Cuando acompañan a un nombre, como en este libro, aquella idea o ese aire, los demostrativos son determinantes, puesto que convierten al sustantivo en una expresión referencial y lo habilitan para funcionar como sujeto. Los adjetivos carecen de esta propiedad, como pone de manifiesto el contraste {Este niño ~ *Niño travieso} llora sin parar. Hay controversia, sin embargo, sobre si en secuencias como No quiero cualquier bicicleta; quiero esa el demostrativo es un pronombre o se trata, por el contrario, de un determinante que incide sobre un elemento nulo o tácito cuyo contenido (en este caso ‘bicicleta’) se recupera del contexto:… quiero esa Ø. El problema afecta también a otros determinantes y cuantificadores. Se elegirá aquí la opción que acepta el núcleo tácito, pero se hará constar que el otro análisis hace predicciones equivalentes en un gran número de casos.» (RAE: Nueva gramática de la lengua española. Manual. Madrid: Espasa Libros, 2010, §17.2.2b)

Los demostrativos que poseen flexión coinciden con los artículos, y también con muchos cuantificadores, en que pueden incidir sobre elementos nulos o tácitos (en uno de los análisis posibles de estas expresiones): este Ø de aquí, algunos Ø de mi pueblo, muchos Ø que no habían recibido la noticia. El análisis de este elemento tácito, muy extendido hoy entre los sintactistas, solía ser evitado en la tradición gramatical de forma que se optaba en su lugar por duplicar las clasificaciones de demostrativos y de indefinidos.

Algunos autores analizan los demostrativos que acompañan a un sustantivo (este libro, aquella idea) como adjetivos, mientras que otros los consideran determinantes. La RAE en su NGLE (2009: §17.2g) elige esta segunda opción. Algunos autores entienden que los demostrativos pronominales de género masculino y femenino deben interpretarse como determinantes que inciden sobre elementos nulos o tácitos, mientras que otros entienden que son pronombres. Así, unos autores analizan en No quiero cualquier bicicleta; quiero esa el segmento final quiero [esa Ø] como un grupo nominal en el que Ø representa un sustantivo cuyo contenido se recupera a partir del contexto inmediatamente anterior. Para otros autores esa no es aquí determinante, sino pronombre, luego desempeña por sí solo la función de objeto directo de quiero sin que se precise ningún elemento tácito. Otros ejemplos a los que se puede aplicar este doble análisis serían

Este no es el mejor momento para hablar de estos temas.

El perfil del toxicómano que puede beneficiarse de este tipo de tratamiento sería aquel con buena integración.

El trabajo que viene haciendo Pacho Zumaque, ese de elevar nuestra música tradicional a nivel sinfónico, tiene hoy una prueba de fuego en el Teatro Libre de Bogotá.

«Los dos análisis esbozados se considerarán aquí equivalentes. El primero tiene la ventaja de que simplifica el número de unidades. Presente, en cambio, el inconveniente de que no permite proporcionar fácilmente un contenido léxico para el núcleo nominal tácito que seguiría a ciertos determinantes, como a aquel en el contexto siguiente: Todo aquel que sea amante del pasado... [...] Al igual que en otros casos, se optará aquí por la opción simplificadora, pero se aceptará la otra como equivalente. La primera da lugar a la siguiente clasificación de los demostrativos:

DETERMINANTES:

este / esta / estos / estas; ese / esa / esos / esas; aquel / aquella / aquellos / aquellas; tal / tales; tanto / tanta / tantos / tantas.

PRONOMBRES: esto, eso, aquello; tal; tanto.

ADVERBIOS: aquí, ahí, allí, acá, allá; así; ahora, entonces; ayer, hoy, mañana; tanto.» (RAE: NGLE 2009: § 17.2i-j)

Los componentes del sintagma nominal

Los elementos que pueden acompañar al núcleo nominal se dividen en dos grandes grupos: determinantes y modificadores.

Los determinantes son los responsables de las propiedades referenciales del sintagma nominal. Funcionan como tales los artículos, los cuantificadores, los indefinidos, los numerales, los demostrativos, los posesivos, y algunas formas de los interrogativos, relativos y exclamativos:

los libros

todas las noches de invierno

algún día

cuatro cucharadas rasas de harina

aquellos tiempos tan felices

sus enorme riqueza

¿qué cuadro es este?

... cuyo hermano fue conmigo al colegio

Los elementos que funcionan como modificadores constituyen un grupo heterogéneo: sintagmas adjetivos, sintagmas nominales, oraciones de relativo o sintagmas preposicionales:

la mera sospecha

aquella inmensa llanura

los autobuses rojos

mi amigo el ministro

el tío de Luis, el hermano de su madre

el pueblo en que nació el poeta

la voz de su amo

un espléndido vino de Rioja

su conocida inclinación a la bebida

Funciones de los demostrativos y su combinatoria

Los demostrativos, cuando preceden a un sustantivo, no se combinan nunca con el artículo. Sin embargo, cuando lo siguen, necesitan del artículo:

*estos los niños me dan mucha guerra

estos niños me dan mucha guerra

los niños estos me dan mucha guerra

Los demostrativos se pueden combinar con posesivos, con numerales y con algunos indefinidos como poco, otro, mucho, pero siempre precediéndolos. Solo el indefinido todo (y sus variantes) precede a los demostrativos:

estos tus ojos

esos tres amigos

todos esos libros

Cuando junto al demostrativo aparece otro adjetivo determinativo, este último no puede preceder nunca inmediatamente al demostrativo:

Este mi libro. Este libro mío. *Mi este libro.

Si con un mismo sustantivo aparecen tres diversos determinativos, existe cierta jerarquía en el orden de los adyacentes:

Aquellas sus dos obsesiones.

Sus dos obsesiones aquellas.

Aquellas dos obsesiones suyas.

La elipsis del núcleo nominal

Los demostrativos pueden ser pronombres o determinantes (‘adjetivos’) demostrativos. El núcleo nominal del SN puede estar ausente y quedar sobreentendido por el contexto oracional, discursivo o situacional:

La catedral de Burgos y la de León son ejemplos de arte gótico.

Me voy a comprar una chaqueta. Me gusta esta de color azul.

Si quieres un chaqueta caliente, cómprate una de lana.

Hoy muchos oficios peligrosos, pero el de minero es el más peligroso.

El antecedente del núcleo elíptico se puede hallar en la misma oración:

El hijo de Luis y el de Antonio se han hecho amigos.

Utilizo el coche antiguo para ir al trabajo y el nuevo para ir al campo.

También puede hallarse en el discurso precedente o podría incluso interpretarse en función del contexto en el que se produce el enunciado:

Este es el que más me gusta. [señalando a uno de los cuadros en una exposición de pintura; la interpretación de los núcleos nominales nulos del sujeto y del atributo se produce por ostensión]

La elisión del núcleo del SN solo es posible si el determinante de tal proyección sintáctica aparece fonéticamente realizado. Junto a él también pueden aparecer opcionalmente los complementos del núcleo:

Aquella novela de Víctor Hugo retrata el ambiente del París del siglo XIX.

Aquella retrata el ambiente del París del siglo XIX.

Aquella de Víctor Hugo retrata el ambiente del París del siglo XIX.

Cuando el determinante que acompaña al núcleo elíptico es el artículo determinado, la aparición del complemento pasa a ser obligatoria:

La de Víctor Hugo retrata el ambiente del París del siglo XIX.

Si el complemento que acompaña al artículo determinado es un SP, debe ir encabezado por la preposición de:

El tren de Barcelona y el de Sevilla salieron hoy con retraso.

*El tren a Barcelona y el a Sevilla salieron hoy con retraso.

Pero si el determinante del SN con núcleo elíptico es una entidad distinta del artículo determinado, el complemento puede ir encabezado por cualquier preposición:

Están a punto de salir este tren a Barcelona y aquel a Sevilla.