Moros en la costa

© Justo Fernández López www.hispanoteca.eu

ARCHIVO DE CONSULTAS

¿Cuál sería la mejor traducción al alemán de

la expresión española hay moros en la costa?

Acabo de leer las últimas consultas. "Hay moros en la costa" o - como también creo haber oído decir - "Hay moros en la playa" lo suelo traducir para mí mismo, a veces, con un giro bávaro que dice "Die Schindeln sind am (auf dem) Dach". No sé si se conoce en Austria. El sentido exacto de la frase es que está presente o cerca una persona que no debe escuchar lo que se dice, en muchos casos refiriéndose a niños cuando se habla de cosas que sólo "son para mayores".

«"No hay moros en la costa” (The coast is clear)”

por: Prof. Esteban Giménez

La historia relata que, durante varios siglos el Levante español (la zona mediterránea que abarca Valencia y Murcia) fue objeto de frecuentes invasiones por parte de los piratas berberiscos (habitantes de la región noroeste de África, entre el Mediterráneo y el Sahara).

Los pueblos que vivían en la ribera, a causa de ello, se encontraban en constante zozobra y para prevenir el peligro, se levantaron a lo largo de la costa numerosas atalayas de mampostería ciega, a las que se ascendía por medio de escalas de cuerda que luego eran retiradas.

Desde lo alto de esas torres se vigilaba el ancho horizonte y, no bien se avizoraban las velas de las naves berberiscas, el centinela de turno comenzaba a gritar: "¡hay moros en la costa!".

Sonaba entonces la campana, se encendían las hogueras de señal y la gente – alertada - se preparaba para la defensa.

El sistema perduró hasta muchos años después, cuando se firmó la paz con los reyes de Berbería, pero el proverbial grito de ¡hay moros en la costa! pasó a ser expresión de uso familiar para advertir a alguien sobre la presencia de quien representa cierto peligro, o bien no conviene que escuche algo de lo que estamos diciendo.

En sentido opuesto, se usa la expresión antónima no hay moros en la costa, para dar a entender que no existe peligro inminente para una persona que debe realizar determinada tarea.»

[En: „Del dicho al hecho“]

La expresión hay moros en la costa se usa en general para advertir a alguien de algún peligro y corresponde al alemán dicke Luft. Hoy en día el único peligro que acecha es que, al comunicar algo a alguien, pueda un tercero escuchar nuestra conversación y cometer después una indiscreción. En este caso, sobre todo cuando esta tercera persona es un niño, solemos usar en español otra expresión: ¡cuidado que hay ropa tendida! Este dicho español reproduciría exactamente el sentido de la frase hecha alemana [mejor: austro-bávara] Schindeln am Dach. Mientras que el modismo ¡que hay moros en la costa! advierte más bien de un peligro que se avecina: ¡cuidado que viene alguien!, y correspondería más bien al alemán Vorsicht, dicke Luft! / die Luft ist nicht rein: ¡que viene(n)...!

En cuanto a la variante que hay moros en la playa, y que me es menos familiar (soy del norte de España), me puedo imaginar que con esa frase se advierte de un peligro mayor. O puede que tenga resonancias muy actuales en relación con la inmigración ilegal de gente que llega a las playas españolas en pateras. No lo sé.

De todos modos, le agradezco su indicación y creo que la expresión austro-bávara que propone se puede aplicar a los dos idiomatismos españoles: hay moros en la costa y hay ropa tendida. Con la salvedad de que cuidado, moros en la costa alarma de un peligro que acecha, y atención, que hay ropa tendida advierte sólo de que hay que tener precaución al hablar.

¡cuidado, que hay moros en la costa! 

Schindeln am Dach [öst]

¡cuidado que hay ropa tendida!

[se emplea para indicar a alguien que cambie el tema de la conversación o mida las palabras porque está presente alguien que no debe enterarse de la conversación, especialmente niños: igual que hay moros en la costa, pero usada especialmente para avisar de la presencia de menores, sobre todo cuando los mayores hablan entre sí de cosas „no toleradas para menores“]

Vorsicht, man kann uns hören

Feind hört mit!

Schindeln auf dem Dach [öst]

[inglés] walls have ears

y ahora que no hay ropa tendida

und jetzt, wo niemand uns hören kann, ...

¡cuidado, que las paredes oyen!

[se usa especialmente para advertir del peligro de ser escuchado en un recinto cerrado]

Vorsicht, die Wände haben Ohnren!

«Schindel: Schindeln am/auf dem Dach (österr. ugs.): Redensart, mit der man dem Gesprächspartner andeutet, das Gesprächsthema zu wechseln, weil unerwünschte Zuhörer, besonders Kinder, anwesend sind: Marie pfeift die Kleine zurück, damit sie nicht unbedacht alles ... vorher ausplaudert, „Schindeln auf dem Dach“. (F. Zauner, Dohlen 172)»

[DUDEN – Redensarten, S. 662]

«Hay ropa tendida: Su origen es el argot carcelario y originariamente, cuando los reclusos estaban conversando sobre algún tema que era solamente de su incumbencia y no querían que los guardas se enterasen, al acercarse alguno de los vigilantes, decían ojo... hay ropa tendida, dando a entender que era el momento de cambiar de tema. Con el tiempo, el dicho pasó al uso popular y suele utilizárselo como llamada al silencio o a la discreción cuando, en medio de una reunión donde se hallan niños o personas de cierta sensibilidad, alguno de ellos pudieran escandalizarse por lo que podría ser dicho en ese momento.» [Del dicho al hecho]

hay moros en la costa        

es herrscht dicke Luft

hay moros en la costa        

Vorsicht, wir werden beobachtet

¡hay moros en la costa!     

Vorsicht, wir werden belauscht!

¡cuidado, que hay moros en la costa!

Vorsicht, Gefahr im Verzug!

¡hay moros en la costa!    

keiner soll mitkriegen, was ich dir sage!

¡hay moros en la costa!    

es liegt was in der Luft!

no hay moros en la costa  

die Luft ist rein

hay moros en la costa        

es ist Gefahr im Verzug

hay moros en la costa

Vorsicht, man hört uns zu!

¡hay moros en la costa!     

die Mohren sind an der Küste!

hay moros en la costa en textos y contextos

 

«Los piratas en la antigüedad eran los dueños de los mares, y en especial del Mediterráneo, donde los más temibles eran los piratas berberiscos del norte de África, de ahí viene la expresión “no hay moros en la costa”»

«Durante los siglos XV y XVI la zona perteneció al ducado de los Medina-Sidonia, asentándose en sus proximidades almadrabas para la pesca de atún (Barbate y Zahara). De esta época son las torres vigías de Meca y del Tajo , que servían para avisar de la llegada de corsarios moriscos de los cercanos puertos de Asilah, Larache, Tetuan y Sale; es la época del no hay moros en la costa. Estas costas seguían sin poder habitarse.»  

«De cualquier modo, tanta inseguridad  a lo largo de tantos años fue creando en las sucesivas generaciones mazarroneras tales hábito de defensa que, en el siglo XVIII, los naturales del lugar tenían por costumbre salir hacia la costa para cazar moros, como si se tratase de conejos o perdices. Incluso se dice que, a los niños, desde pequeños, se les enseñaba la "caza del moro."

Como es natural, ante tamañas dificultades, nuestros vecinos africanos perdieron su afición a visitar neutras costas , y , aunque aún utilizamos el dicho:  "Hay moros en la costa", no lo hacemos en el sentido equivalente a "Que vienen los piratas".»

«Y los llaniscos, que son los afectados por la obra de Ibarrola, no se atreven a opinar sobre ella. No hablan a favor porque no les gusta; no hablan en contra porque temen represalias. En el Llanes de Trevín impera la ley del silencio: no es secreto para nadie. Y los llaniscos, que no se preocupan de otra cosa que de calcular si este año hubo más turistas que el pasado y de repetirse entre ellos que las fiestas llaniscas son las mejores del mundo, ahora murmuran en voz muy baja que Ibarrola puede atraer la mirada etarra sobre Llanes.

Pero callan, por si hay moros en la costa y porque temen más las represalias de Trevín. Quien calla, otorga, pero yo, como no tengo miedo ni otorgo, no callo. Las pinturas de Ibarrola son un abuso del dinero de los llaniscos y un insulto a su buen gusto. ¡Y todavía hay quien dice que gracias a esas pinturas saldremos en los catálogos! Supongo que se referirá al catálogo de la memez universal, si lo hay.»

«Sin ningún incidente los tres Breguet llegan a Agadir, la primera escala. Repostan combustible y despegan de nuevo volando a baja altura para no perder de vista la línea de la costa, dirección sur, rumbo Cabo Juby, un fuerte español situado en la misma costa del Atlántico. Allí son recibidos por el coronel Francisco Bens, Gobernador de Río de Oro, que ocupó con tropas de Canarias este territorio de 26 kilómetros cuadrados en 1904 y que durante su mandato hasta 1925, prestará una ayuda leal y humana al servicio del personal de "la línea". Repostados los aviones, se remienda con tela de sábana un roto de una ala del avión de Hamm. Allí pernoctan las tripulaciones bajo la guardia de los centinelas. Todo está tranquilo, no hay moros en la costa, es la época del Ramadán.»

«Horóscopo para Aries: AMOR: Le va a pegar el palo al gato en materia amorosa, pero debe apurarse, ya que hay moros en la costa. SALUD: Descanse de los condimentos, ají, salsas y del café. DINERO: Trate de aterrizar y de no sacar cuentas alegres. No gaste lo que no ha ganado. Si es de la Quinta Región vaya a verme a Viña. COLOR: Verde. NÚMERO: 1.»

«En todo el banco no encontraron un solo billete. El tesoro estaba vacío, las cajas de atención al público estaban vacías. Entonces, ¿dónde estaba el dinero? ¿Cómo opera un banco sin plata? Un cajero de otra sucursal del mismo banco reveló a Veintitrés el misterio: los billetes están en los camiones de transporte de caudales dando vueltas por la ciudad. Si no hay moros en la costa, es decir, un ahorrista reclamando su dinero, los camiones pasan cada una hora y dejan el efectivo mínimo para que sigan operando. Esta es sólo una de las trampas con que los bancos eluden la acción de la Justicia. Para lograrlo, cuentan con la complicidad del Banco Central que hace dos semanas, ¡oh casualidad!, emitió una resolución que permite que las entidades financieras completen los requisitos mínimos de liquidez con dinero “en tránsito”.»

«Y es curioso sentir como cada uno de vosotros, al encarnar al moro o al cristiano, no sois personajes de una farsa, sino seres absorbidos por lo que representáis, seguros de que ser una cosa u otra es igual de importante en este mundo de evocaciones. Lo que engrandece al hombre es servir con entusiasmo el papel que, como alguien dijo, a todos y cada uno, "se nos ha asignado en la armonía del mundo”'. Y vosotros lo hacéis espléndidamente.

Aquí en Calpe nada es farsa, sino vivencia. El desembarco traerá a los ecos de aquel tiempo en que se avisaba “Hay moros en la costa” y la fiesta se llenará de recuerdos en el modo de actuar del capitán cristiano y de su primera dama; como en lo que hago el imponente capitán de los moros, acompañado de sus bella favorita. Y lo que fue dramático hace siglos, será ahora motivo para la dicha, la sonrisa y el entusiasmo.»

«Lo que esa leyenda decía era lo siguiente: El programa presentado por Isabel Gemio decide sorprender a una niña en el día de su cumple haciendo que conociera a su ídolo Ricky Martin. Para esta finalidad deciden esconder al deseado cantante en el armario de la habitación de la niña, para que cuando entrase esta, él "saliera del armario" (este trozo de relato puede gustar a los hombres y asustar a las mujeres, pero no os preocupéis chicas de momento Ricky no es homosexual, el armario donde salía era un armario real de la habitación de la chica). Con el programa en directo se llega al momento en que realizan una conexión con la casa de la niña de 12 o 13 años. En ese momento Ricky se encuentra dentro del armario y los familiares de la víctima le dicen que tienen que dejarla sola en casa porque se van de compras. Una vez que no hay moros en la costa la niña que esta siendo emitida por televisión empieza a jugar con su perro Skippy. Después se va a la cocina y coge el vaso de nocilla (otros dicen que es helado). Ella se dirige a la habitación donde se encuentra el cantante, se desnuda y empieza a untarse sus partes más íntimas con nocilla y el perro empieza a lamer. En ese momento Ricky Martin empieza a ver el espectáculo sin saber que hacer. A partir de ese momento existen muchas versiones diferentes fabricadas por las mentes fantasiosas de la muchedumbre que las explicó. Algunos dicen que la acción estuvo en antena un ratito, otros que la cortaron rápidamente, algunos dicen que nunca se emitió pero fue grabado días antes de su emisión y alguien la hizo pública por el circuito de pasar el video a amigos y se extendió por Internet.»

«Y ese es un efecto circunstancial sobre los atentados. El Imán Zapata va más allá y dice que está claro que “el mundo no necesita empresas grandes, ejércitos buscando terroristas por todo el mundo; necesita algo importante: el diálogo entre civilizaciones. Presentar el 11 de septiembre como el inicio de una guerra entre civilizaciones no es justo. ¿Por qué otra vez Oriente? Sigue vigente la tesis de que ´hay moros en la costa´, hay amenazas...”»

«Por las emisoras decidimos subir de dos en dos, para pasar un poco inadvertidos, y tras comprobar que no hay “moros en la costa” empezamos realmente la ruta propiamente dicha.»

«Algunas proposiciones del lenguaje ordinario son proposiciones categóricas "disfrazadas" y es muy sencillo descubrir que lo son fijándonos cuidadosamente en lo que significan. Si decimos "los mansos heredarán la tierra", podemos ver que se trata de una proposición universal afirmativa a pesar no incluir el cuantificador "todos". "Cualquiera es bien recibido" es también universal afirmativa. "Hay moros en la costa", en cambio, es evidentemente existencial afirmativa, pudiendo transformarse en "algunos moros son seres que están en la costa".»

«La persona que va adelante se agacha detrás de un obstáculo, entonces la otra corre mas allá (con su compañero atento a cualquier posible ataque sorpresa), y se agacha tras el segundo obstáculo, y así. Si hay tres o más compañeros, uno queda más atrás para cubrir a los otros. En las esquinas la persona que va adelante echa un vistazo (sale y vuelve a cubierto rápido). Entonces, si está despejado, da paso a los demás y avanzan. Si hay “moros en la costa” emplea fuego de cobertura.»

«Usted tiene toda la razón y cuenta con mi adhesión y simpatía, pero desgraciadamente no puede hacer nada si el papá y la mamá permiten que la hija se pegue sus "clinch" en el propio hogar. ¿Se imagina cómo es la cosa cuando la cabra sabe que no hay moros en la costa? Apostaría que se saca hasta las pestañas.»

«A Javi se le acelera el corazón. ¡Por fin va a saber qué es lo que se esconde tras la palabra mágica! Mira alrededor. No hay moros en la costa. Pero alguien puede entrar en cualquier instante y pillarle con las manos en la masa. No, no es el momento de saber qué hay dentro de la bolsa. Así que prepara un plan de acción e intenta disimular sus nervios riéndose a carcajadas con las aventuras de Superratón.»

«La mayoría busca amor y sexo. He escuchado que me dicen el sofá de La Habana, y tienen razón. Millones de parejas, durante un siglo, han venido aquí a pactar, mantener o romper una relación amorosa. Casi todos vienen de noche y primero se sientan mirando hacia la avenida. Después de conversar un rato, y si no hay moros en la costa, se colocan de cara al mar y no le cuento, por discreción, por dónde se mueven las manos.»

hay ropa tendida en textos y contextos

 

«Luego de entregar módulos de vivienda a los damnificados del aniego en Puente Piedra, el presidente de la República, Alejandro Toledo, respondió a las declaraciones de Alan García Pérez, y le recomendó "no hablar mucho porque hay ropa tendida".»

«Ponérsela descuidadamente al revés, significaba que quien tal había hecho recibiría en fecha próxima un regalo. Hay un dicho yucateco que reza: hay ropa tendida. Decir "hay ropa tendida" en una reunión, indica que no debe seguirse hablando del tema que se discute, pues, o hay oídos castos (niños) o interesados susceptibles de ofenderse por la forma como se está tratando el tema o por el tema mismo. Hay en la península rateros nocturnos especialistas en robar ropas que la gente deja tendida a secar; hubo uno famosísimo llamado "El Venado", por la facilidad que tenía para escapar a la carrera saltando albarrada, como para sacar medalla de oro en cualquier olimpiada.»

«Ultimo día. Tengo que acabarlo. Pero es más largo que mi... recontralargo, el libro ese. Para qué, gordito era. Lo tengo que acabar para poder discutirle sobre Dios. Ya yo me hacía barrigón. Tenía que poder discutir sobre eso. Claro que hay un Dios. Por lo menos Él debe debe haber creado esa masa que tenía el tamaño de la cabeza de un alfiler y que pesaba muchas toneladas. Ya yo me hacía barrigón y mi pata me decía conviértete. No podía venir a clases y ponerme a dormir. Y Maximiliano Gutiérrez (de Bryce) me dice que no converse y me hace un roche público. Y pone su cara de creo que hay ropa tendida, con todo y ademanes. ¡Qué hace tanto esa parejita ahí! Y yo sé que es una proyección por que la parejita es un pata ¡Ay, que horror! ¡Qué pesado!.»

«Mientras esperamos que se reanude la programación, les dejamos, como siempre, en compañía de unos linkitos musicales (si no tienes la edad legal en tu país para ver contenidos para adultos (?), vete a otro, o sigue con los juegos, por favor, venga va, no te lo diré dos veces). Otra propuesta original nos llega de la mano de los Olsen Twins Suicide, y para los amantes de la música más ligerita, que yo se que los hay entre los altos cargos milinkiteros, la página de unas chicas que están empezando y que nos traen unos ritmos muy refrescantes. Y ahora que no hay ropa tendida les cuento una divertida anécdota que me ha sucedido buscando juegos : Yo buscaba esto, y me encontré esto otro. ¡San Google bendito!»

«Cállate de una puñetera vez, Lorenzo, que hay ropa tendida -se enfadó el zapatero. Pero el de la trompetilla, con el vino asomándosele ya en los ojos, seguía hablando, entre risas espasmódicas, de María y el Evaristo, por lo que Rogelio recogió la Enciclopedia Álvarez, manchada de engrudo y cerote, y salió del pequeño cuchitril de la zapatería, que aunque no comprendiese bien lo de la ropa tendida que había dicho el padrino, no era tonto y algo se maliciaba de las palabras del pregonero.»

«Alejandro Toledo: Soy una persona que mira el futuro con mucho optimismo. Por eso,  señor García Pérez no hablemos del pasado porque hay ropa tendida. La pregunta. Sí, nosotros pensamos que con voluntad política, sin afectar la disciplina fiscal y monetaria, haremos una repriorización del presupuesto nacional para invertir más en los sueldos de los maestros, de los trabajadores de salud y de los policías.»

«Doña Clara, prototipo de madre de la época y del lugar, hasta entonces había llevado a rajatabla el principio de las buenas costumbres, que refiriéndose a ciertas cosas y en presencia de menores los comentarios se suspendían con un "¡chiss, que hay ropa tendida!" Cuando una madre se avenía a hacer ciertas recomendaciones a sus hijas en materia sexual, que diríamos ahora, generalmente lo era después de casadas y poco antes de la noche nupcial, lo cual, y aunque en la mayoría de los casos ya resultaran superfluas, no dejaban de sorprender a las atónitas jóvenes, tanto a una minoría que creían saberlo todo sobre esas cuestiones, como a las que no sabían nada de nada, que eran la mayoría.»