Rektions-Schwankungen bei einigen Verben

© Justo Fernández López www.hispanoteca.eu

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Inzwischen bin ich vermutlich wieder auf einen "leísmo" gestoßen. In einem Spanisch-Kurs heißt es: Susana me ha propuesto que vaya a pasar la tarde a su casa para ayudarle a revelar las fotos = Susana hat mir vorgeschlagen, dass ich den Nachmittag bei ihr verbringe, um ihr zu helfen, die Fotos zu entwickeln. Nach den Ausführungen in diesem Forum müsste es wohl nicht "ayudarle" sondern "ayudarla" heißen, da das Verb "ayudar" den Akkusativ (Complemento directo) verlangt.

Wenn man im DRAE nachschlägt, kann man feststellen, ob ein Verb transitivo (tr.) oder intransitivo (intr.) ist, bzw. ob es mit Dativ oder mit Akkusativ zu verwenden ist. So steht im DRAE unter ayudar:

 

ayudar. (Del lat. adiutāre).

 

1. tr. Prestar cooperación.

 

2. tr. Auxiliar, socorrer.

 

3. prnl. Hacer un esfuerzo, poner los medios para el logro de algo.

 

4. prnl. Valerse de la cooperación o ayuda de alguien.

 

Man findet aber immer wieder Texte mit der Rektion ayudar + Dativ (le/les für alle Geschlechter).

Es ist müßig (besonders als nicht-Muttersprachler), einen “Rektionsfehler“ bzw. einen echten leísmo (Dativ statt Akkusativ oder umgekehrt) bei manchen Verben in spanischen Texten zu "entdecken" ohne zu bedenken, dass diese Verben in einigen Sprachzonen Rektions-Schwankungen unterworfen sind.

Es kann sich auch um Verben mit alternierender Rektion handeln. Diese Verben werden vom Sprecher mal mit Dativ mal mit Akkusativ verwendet, wobei der Sprecher dem Verb je nach Kasus eine andere Nuance oder Bedeutung gibt.

Nehmen wir im Deutschen das Verb ’helfen’ (ayudar). Ich kann sagen:

sie haben ihm geholfen

sie haben ihm Hilfe zukommen lassen

sie haben ihn dazu verholfen, ... zu ...

ihm wurde geholfen

[Dative werden von der Kasuskonversion im Passiv nicht erfasst:
Er hat ihm geholfen. Ihm wurde geholfen.]

In anderen Fällen hatte das Verb ursprünglich eine andere Rektion als heute. Die Rektion wurde später neu interpretiert. Die alte Rektion aber wurde in einigen Sprachzonen beibehalten -  z. B. früher mit Dativ, später hat sich die Akkusativ-Rektion durchgesetzt.

In all diesen Fällen kann man nicht von leísmo sprechen, da hier nicht Akkusativ mit Dativ oder Dativ mit Akkusativ verwechselt worden ist.

Verben, die ihre Rektion im Laufe der Zeit geändert haben:

Einige Verben, die im Mittelalter intransitiv waren (Rektion > Dativ), werden später allmählich transitiv verwendet (Rektion > Akkusativ). D. h. die Rektion dieser Verben wurde im Laufe der Zeit umgedeutet:

ayudar

aconsejar

acusar (de)

amenazar (con/de)

avisar

criticar (por)

enseñar

felicitar (por)

informar (de)

invitar a

obedecer

picar

regañar

reñir

reprender

temer

Der Wechsel vom Dativ zum Akkusativ ist nicht in allen Regionen mit Kasusunterscheidung vollzogen. Die kasusunterscheidenden Regionen im Norden und im Zentrum der Iberischen Halbinsel haben die alte Rektion (Dativ) beibehalten; in Andalusien und auf den Kanarischen Inseln findet man schon Schwankungen und Unsicherheit in der Rektion dieser Verben, während in Amerika (besonders Peru, Argentinien, Chile und Uruguay) diese Verben mit Akkusativ verwendet werden. Ein Beispiel:

ayudar + Dativ / Akkusativ

Das Verb ayudar ist im Mittelalter mit Dativ gebraucht wworden, erst später hat sich die Akkusativ-Rektion durchgesetzt. Heite ist das Verb transitiv. In den meisten kasusunterscheidenden Regionen (Navarra, Aragón, La Mancha, Murcia, östlich. Andalusien, Asturias, León, Extremadura) steht bei ayudar der Empfänger der Hilfe in Dativ, unabhängig davon, ob danach ein mit a eingeleiteter Infinitivsatz folgt oder nicht. Das ist auch der Fall in einigen Zonen der Kanarischen Inseln, Mexiko und Zentralamerika. In westl. Andalusien, auf der Kanarischen Inseln und in Südamerika wird auch Akkusativ verwendet, oft als einzige Möglichkeit.

¿Para qué les había de ayudar [a las vacas]?

Les ayudabas a los hijos lo que podías.

Les ayudaba en la huerta [a sus padres].

Si le podemos ayudar, le ayudaremos (a la hija).

Iba a ayudarle yo a mi mujer.

Mi madre iba a muchas casas de las familias a ayudarles a hacer la matanza.

A los novios hay que ayudarles algo.

Lo defendió primero y le ayudó a bien morir.  

Der Übergang von ayudar + Dativ zu ayudar + Akkusativ begann bei Sätzen mit nur einer Ergänzung (Objekt) und vorwiegend weiblich, später wurde der Akkusativ auch bei kausativen Konstruktionen verwendet, schließlich war auch bei männlichen Objekten der Akkusativ die Wahl.

María está muy atareada, pero Juan le está ayudando.

Cuando llegaba la época, las mujeres les ayudábamos a segar.

María está muy atareada, per Juan la está ayudando.

Cuando llegaba la época, las mujeres los ayudábamos a sergar.

In den kasusunterscheidenden Regionen (Aragón, Extremadura, Andalucía oriental, Venezuela, Chile) wird der Akkusativ bevorzugt, aber oft alternierend mit dem Dativ:

Juan la está ayudando.

Aber in Plural wird der Dativ bevorzugt:

A las mujeres les ayudábamos a segar.

Bei männlichen Personen wird vorwiegend der Dativ verwendet:

Le ayudó al ciego. [61%]

Le ayudó a cruzar la calle. [71%]

[Vgl.: Fernández-Ordóñez, Inés: “Leísmo, laísmo, loísmo”, en: Bosque, I. / Demonte, V. (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe. 1999, vol. I, pp. 1330-1331, § 21.2.1.4.]

Verben mit alternierender Rektion

Bei einigen Verben kann der Sprecher je nach Rektion bestimmte Nuancen oder Bedeutungen ausdrücken wollen. Es handelt sich in solchen Fällen nicht um leísmo, da der Kasus nicht verwechselt, sondern absichtlich gewählt wird:

Verba sentiendi [verbos de afección]: wahrnehmen, fühlen usw.

A María la oí cantar. / A María le oí cantar un musical.

Verben mit ausgelassenem direktem Objekt

atender / servir

atender + Dativ > ’zuhören’

atender + Akkusativ > ’behandeln’, ’bedienen’

servir + Dativ > ’jemandem etwas bringen’

servir + Akkusativ > ’jemanden dienen’

Verben mit einer prädikativen Ergänzung: llamar

A nuestro hijo lo llamamos José Luis.

Todos le llaman Jose.

A ese torero le llaman ’El Cordobés’.

«Uno de los fallos más llamativos de ciertos planteamientos gramaticales al uso, tanto en el seno del estructuralismo o del funcionalismo, como en el de la lingüística generativa, suele hallarse en la identificación abusiva y, por supuesto, injustificada, de los hechos de sistema y de norma, que no son, como acabo de señalar, dos niveles de la lengua, dos niveles de la gramática, sino dos códigos diferentes que no se condicionan mutuamente ni se corresponden entre sí. Así, por ejemplo, sería incorrecto afirmar que le es objeto indirecto, porque el funcionar como tal (que no es el ser tal) depende de convenciones sociales que pueden alterarse a voluntad: el uso normal de mi tierra es el de objeto indirecto, pero nada me impide decir (y no sólo por una cuestión de hábito, sino también porque me brinda la posibilidad de significar otra cosa diferente) “no se preocupe: le ayudará cuando quiera”, individualizando o destacando así la mención del referente mediante el “alejamiento” que significa le, junto a “no se preocupe: lo ayudaré cuando quiera”, dejándolo en la penumbra de la simple mención. No estamos ante dos “subsistemas” diferentes, pertenecientes a lenguas funcionales, igualmente diferentes, sino ante un sistema único, invariable, que se relaciona con distintos códigos secundarios de interpretación. El aparente caos que parece presentar una lengua en la que ese pronombre puede ser a veces una cosa y a veces, otra, no es más que el resultado de una confusión de nivel de análisis: no es que le sea complemento indirecto en unas normas y complemento directo en otras. De hecho, tal diferencia gramatical o semántica es ajena a la estructura de nuestra lengua y pertenece sólo a convenciones diversas acerca de la manera en que significamos la realidad mediante los complementos pronominales átonos del verbo.

Lo que en realidad sucede en este caso es que, en el sistema de la lengua, no hay complementos directos e indirectos (que no son más que nociones tributarias de la estructura de la lengua latina y, en particular, de los tipos de interpretación gramatical que la tradición ha hecho de ella), sino, en esta ocasión, dos clases de pronombres, lo y le (con sus variantes respectivas), opuestos entre sí, no por una diferencia de caso o algo similar, como suele pensarse, sino por un contraste semántico que pertenece a la naturaleza propia de estas partículas complementarias: mientras que el primero afecta al aspecto interno del significado verbal, el segundo se sale de él, individualizándose. En el sistema, es decir, en la gramática, no hay más que eso: ‘complementación interna’ / ‘complementación externa’. En el uso, por el contrario, todo depende de como se vea “culturalmente” (es decir, de como “se acostumbre” a ver), la relación verbo-complemento, de manera que unos dirán “los prefiere”, aproximadamente como si dijeran “prefiere los amigos”, y otros, “les prefiere”, de una manera semejante – no igual – a lo que significaría con “prefiere a los amigos”, expresiones éstas de significado diferente por tal razón, ya que lo, totalmente integrado en el ámbito semántico del verbo, “sugiere” una segunda complementación (como si se hubiese pensado “prefiere los amigos a los colegas), en tanto que le, que significa la complementación externa e individualizada, señala el término más lejano (2), o, si se prefiere, aleja la intuición del referente. Las diferencias de uso (de norma) nada tienen que ver con la gramática, aunque sólo se podrán explicar desde la gramatica, ya que, cualquiera que sea el capricho “sociolingüístico” que prive, los hablantes habrán partido siempre del código básico: no hay, pues, variación en el ámbito de la lengua, sino en las maneras de ser y de sentir de los miembros de una comunidad lingüística dada. Debe, pues, de tenerse en cuenta que si no se parte del sistema, de la gramática en sentido estricto, no se podrá dar jamás una explicación satisfactoria de hechos de esta clase; es decir, una explicación que no confunda nuestros lo y nuestros le con los acusativos y dativos latinos o con los calcos que los representan en nuestros manuales de gramática, bajo nombre diversos y totalmente inútiles, ya que son los nombres de objetos que ni siquiera poseen existencia real.»

[Trujillo, Ramón: Principios de semántica textual. Los fundamentos semánticos del análisis lingüístico. Madrid: Arco Libros 1996, pp. 45-46]

Ver:

Leísmo – Verbos con alternancia en el régimen