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HOMONYMIE Homonimia

(comp.) Justo Fernández López

Diccionario de lingüística español y alemán

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horizontal rule

Vgl.:

Paronymie / Synonymie / Polysemie / Ambiguität / Homophon / Heteronymie / Hyperonymie / Sympleronym / Semantik / Literatursoziologie / Semiotisches Trapez

Homonymie (gleichnamig).

Ihrer Entstehung nach kann man 2 Arten unterscheiden

(1)   durch divergierende Bedeutungsentwicklung,

(2)  durch konvergierende Lautentwicklung.

Letztere sind eigentlich Homophone, die sich oft durch die Schreibweise unterscheiden /knew/new/. Sie erhalten ihre Bedeutung durch den Kontext. Entscheidend ist die Zugehörigkeit zum gleichen oder zu einem anderen Sinnbezirk. Störende Homophonien im System tendieren zur Heterophonie: Vgl. franz. /les héros/les zéros - crise de foi/crise du/foie/.

Das Problem der Homonymie ist noch umstritten. Synchrone-diachrone Untersuchungen führen oft zu einem Ergebnis. So hat Reif (Spielzeug) mit Reif (gefrorener Tau) keine Bedeutungsverwandtschaft, wohl aber hat das Schloss an der Tür mit dem Schloss im Tal die semantische Gemeinsamkeit des Schließens, ebenso wie Pferd in der Reihe Turm, Läufer mit dem Wort Pferd in der Reihe Barren, Reck semantische Gemeinsamkeiten haben. In solchen Fällen liegt ein polysemes Wort vor. Die Grenzen zwischen Homonymie und Polysemie sind fließend. Theoretisch kann man sie so abstecken: Polysemie liegt vor, wenn verschiedene Bedeutungen einen einzigen Lautkörper zugeordnet sind, Homonymie liegt vor, wenn verschiedene Wörter demselben Lautkörper zugeordnet sind.

 

Homonymie (gr. homos = gleic h; onoma = Name)

Lautliche Übereinstimmung mehrerer sprachl. Zeichen bei inhaltlicher Verschiedenheit (und etymologisch verschiedenem Ursprung):

(a)  bei verschiedener Schreibweise (Homophon), z.B. Lehre und Leere;

(b)  bei gleicher Schreibweise (Homograph), z.B.: Kiefer ‹Baumart› und Kiefer ‹Schädelknochen›.

Bei rein synchronischer Betrachtung (ohne Berücksichtigung der etymologischen Verwandtschaft) wären auch Schloss ‹Gebäude› und Schloss ‹Vorrichtung zum Schließen› wegen starker Auseinanderentwicklung der Bedeutungen Homonyme.

H. mehrerer Morpheme: Lehrer (Nomen agentis: einer, der), Kinder (Plur.), älter (Komparativ).” [Ulrich, Winfried, S. 46]

«Homonymie

Typ lexikalischer Mehrdeutigkeit, bei der man von verschiedenen Wörtern spricht: Homonyme Ausdrücke verfügen über eine gleiche Ausdrucksform hinsichtlich Orthographie (= Homographie) und Aussprache (= Homophonie) bei unterschiedlicher Bedeutung und oft verschiedener etymologischer Herkunft, vgl. Ton, der/die Kiefer, die/das Mark. Dagegen weist Zug (‘Eisenbahn’, ‘Gesicht’) eine gemeinsame etymologische Herkunft auf. Das etymologische Kriterium ist insofern problematisch, als nicht zu klären ist, wann die historische Rekonstruktion mit der Entscheidung “keine gemeinsame Herkunft” abzubrechen ist.

Homonymie unterscheidet sich (nach traditioneller Auffassung) von “Polysemie dadurch, dass ein polysemer Ausdruck (z.B. grün) mehrere Bedeutungsvarianten aufweist, die in engen Zusammenhang stehen: ‘frisch’, ‘unerfahren’, ‘roh’ u.a., während die Bedeutungen der homonymen Ausdrücke nichts miteinander zu tun haben. (Neben lexikalischer Homonymie gibt es auch strukturelle Homonymie, vgl. Das Zimmer mit Bett, in dem ich lesen kann).»

[Bußmann, Hadumod: Lexikon der Sprachwissenschaft. 2. völlig neu bearbeitete Auflage, Stuttgart: Kröner, ²1990, S. 314]

«Homophonie [griech. homós ‘gleich’, pone ‘Laut’].

Typ lexikalischer Mehrdeutigkeit: Homophone Ausdrücke verfügen über identische Aussprache bei unterschiedlicher Orthographie und Bedeutung: mehr / Meer. Der Homophonie liegt häufig ursprüngliche Homographie zugrunde, die durch offizielle Schreibregelung beseitigt wurde, vgl. mhd. wîse und nhd. weise, daher wird mhd. weise (‘Waise’) zu nhd. Waise. Homophonie ist ein Spezialfall der Homonymie.»

[Bußmann, Hadumod: Lexikon der Sprachwissenschaft. 2. völlig neu bearbeitete Auflage, Stuttgart: Kröner, ²1990, S. 314-315]

«Homographie [griech. homós ‘gleich’, gráphein ‘schreiben’]

Form lexikalischer Mehrdeutigkeit: zwei Ausdrücke sind homograph, wenn sie in orthographisher (und gegebenenfalls auch in phonetischer Hinsicht) übereinstimmen, aber verschiedene Aussprache und Bedeutung haben: Tenór vs. Tenor; etymologisch nicht miteinander verwandt (Polysemie). Homographe Ausdrücke werden im Lexikon unter verschiedenen Einträgen aufgeführt. Homographie ist ein Spezialfall der Homonymie.»

[Bußmann, Hadumod: Lexikon der Sprachwissenschaft. 2. völlig neu bearbeitete Auflage, Stuttgart: Kröner, ²1990, S. 313]

Homonimia

Igualdad entre los significantes de dos o más palabras que poseen distinto significado. Bally distingue entre homonimia absoluta, que se da entre palabras homófonas que pueden desempeñar la misma función (presa ‘botín’ y presa ‘encarcelada’, que son dos sustantivos femeninos) y homonimia parcial, cuando los significantes presentan alguna diferencia de forma: pollo y poyo.”

[Lázaro Carreter, F.: Dicc. de térm. filológ., p. 225-226]

Homónimos

Palabras en que se produce homonimia. En los homónimos se distingue, a veces, entre homógrafos, que poseen la misma ortografía y la misma pronunciación (canto, de cantar – canto ‘esquina’), y homófonos, que se pronuncian igual, pero su ortografía difiere (echo, de echar – hecho, de hacer).”

[Lázaro Carreter, F.: Dicc. de térm. filológ., p. 226]

«Homónimo

El informador habló de “la Cruz Roja y la Media Luna Roja, organización homónima en el mundo árabe”. Justo lo que no es; porque son homónimas dos personas o cosas que llevan el mismo nombre, según indica el mismo término. [...]

A ese estado babélico imperante, obedece la noticia sobre un maratón (una maratón dicen ahora), que leo en un periódico: “La participante más joven fue Silvia Aguirre. Es todavía una (?) bebé. Tan sólo cuenta con cuatro meses de edad. Corrió llevada por su padre. El homónimo de Silvia, el deportista más veterano, tenía 84 años”. Por tanto, el vigoroso anciano lleva como nombre Silvia. Agarraría, de seguro, un berrinche de oírse llamar así. ¿Tanto cuesta aprender que homónimas son las personas o cosas ‘que tienen el mismo nombre’?»

[Lázaro Carreter, Fernando: El dardo en la palabra. Barcelona: Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2001, pp. 433 y 690-691]

«Homonimia

Fenómeno que se produce cuando dos palabras tienen el mismo significante y distinto significado. Se llaman homófonas

basto (grosero, tosco) / vasto (extenso)

pollo (cría de gallina y otros animales) / poyo (banco de piedra)

seso (madurez, juicio) / sexo (condición que diferencia al macho de la hembra)

sin vergüenza (preposición + sustantivo) / sinvergüenza (sustantivo)

cuando coinciden o se acercan los sonidos, pero no la ortografía (del griego “homoios”, mismo, y “pone”, sonido) y homógrafos

corte: del verbo cortar / comitiva, séquito del rey

diario: periódico / cuaderno de anotaciones personales

banco: institución / asiento

vino: bebida / del verbo venir

cuando coinciden las grafías (“grafos”) o letras.

Este fenómeno puede dar juego a la acrobacia verbal y tener ciertos efectos poéticos o humorísticos. Muchas agudezas verbales están basadas en la homofonía. Las palabras homógrafas tienen, a veces, un origen o etimología diferente pero, en su evolución, han venido a coincidir.»

[Moral, Rafael del:  Diccionario práctico del comentario de textos literarios. Madrid: Verbum. 1995, p. 127]

«Homonimia, homónimo

En lexicología (y también en terminología y en lexicografía), dos o más términos son homónimos cuando tienen el mismo significante, esto es, coinciden en la forma, aunque transporten significados totalmente diferentes, siendo la homonimia, por tanto, la cualidad que poseen dos o más palabras que tienen el mismo significante, pero distinto significado. Por ejemplo, las palabras cepillo (caja con una abertura en la que se introducen limosnas) y cepillo (instrumento hecho de manojitos de cerdas que sirve para quitar el polvo, etc.) son ‘homónimos’. Siguiendo a Ullmann (1968), el origen de los ‘homónimos’ se debe a diversas causas, entre las que destacan:

(1) la evolución divergente, en direcciones diferentes, de dos significados de la misma palabra hasta que finalmente se rompe el nexo entre ellas y acaban por ser consideradas como dos términos independientes, como las palabras pupila (alumna) y pupila (niña del ojo); a estas palabras Ullmann las llama fisíparas; y

(2) la evolución convergente de los significantes de palabras distintas, es decir, palabras con significados diferentes.

Dentro de la ‘homonimia’ se distingue entre homofonía y homografía. Son homófonas dos o más unidades de idéntica pronunciación, pero de distinta grafía, como pollo/poyo; vaca/baca, y son homógrafas dos unidades de idéntica grafía, como haya (árbol) y haya del verbo haber, vino (de venir) y vino (bebida). El inglés, caracterizado por la relación arbitraria entre ortografía y pronunciación, grafemas y fonemas, es muy pródigo en ‘homófonos’ (/red/ de las palabras red (rojo) y read (leyó), y homógrafos en lives pronunciado /livz/ (vive) y /laivz/ (vidas). Como se puede apreciar, el concepto de ‘homógrafo’ no es igual en inglés y en español; en nuestra lengua son ‘homógrafas’ las palabras de distinta significación que tienen la misma grafía, mientras que en inglés son palabras que, además de tener la misma grafía y distinto significado, poseen diferente pronunciación.

Relacionado con la ‘homonimia’ está el fenómeno de la polisemia, la cual se define como la propiedad universal, esto es, universal semántico, que tienen las unidades léxicas de transportar varios significados o sentidos en un mismo significante. Se da una ‘polisemia’ cuando un solo significante puede tener o transportar un abanico de significados. La mayoría de las entradas lexicográficas son ‘polisémicas’. En la lingüística estructural, a cada uno de los sentidos de las unidades léxicas se le llama SEMA. La ‘polisemia’ es uno de los medios más ricos que se conocen para ampliar el léxico de una lengua, y es una fértil fuente de ambigüedad en el lenguaje, es decir, es uno de los muchos recursos de la estilística y también de los chistes (“El hombre desciende del mono... y el mono desciende del árbol”). El origen de la mayoría de los términos “polisémicos” reside en una analogía basada en dos conceptos, analogía que permite que la denominación de uno pase a la del otro.

En lexicología no existe una línea de demarcación tajante entre la ‘homonimia’ y la ‘polisemia’. Parece evidente que pata (de silla) y pata (hembra del pato) son ‘homónimos’, pero ya no está tan claro si una mano (capa de pintura) y una mano (del brazo) son también ‘homónimos’. Para algunos, la ‘polisemia’ se diferencia de la ‘homonimia’ en que en la primera todos los sememas o acepciones tienen algún SEMA o rasgo común o están vinculados etimológicamente en cierto sentido; las entradas de los diccionarios están llenas de palabras que tienen algo en común, como a la (de un pájaro) y a la (de un avión). Para otros es el criterio etimológico el que sirve. Por ejemplo, casar (una sentencia), derivado del francés casser, y casar (“Los casó un juez”) son ejemplos claros de homonimia, siento también válida, a estos efectos, la prueba de los derivados: casación en el primer caso, y casamiento en el segundo. De todas formas, todos estos criterios son resbaladizos, porque para otros lingüistas son ‘polisémicas’ las palabras con más de una acepción, aunque no estén relacionadas entre sí.

En cambio, en la terminología la separación entre la ‘polisemia’ y la ‘homonimia’ es algo más precisa. De acuerdo con Teresa Cabré (1993: 214-19), el fenómeno de la ‘homonimia’ se da con mucha más frecuencia en la terminología que en la lexicología, ya que en aquélla se considera cada campo de especialidad como un dominio cerrado y sólo en su interior los términos tienen un valor específico. Los términos polo (en matemáticas), polo (en geografía), polo (en física) serían, por tanto, ‘homónimos’ para la terminología, y ‘polisémicos’ para la lexicología.»

[Alcaraz Varó, Enrique / Martínez Linares, María Antonia: Diccionario de lingüística moderna. Barcelona: Editorial Ariel, 1997, p. 287-288]

«Homonimia

Los homónimos son palabras que teniendo la misma constitución fonológica se diferencian por su significado. En este caso, los rasgos de los dos significados son independientes: un significante como /bála/ se refiere a la “bala de algodón” como a “bala de fusil”.

Los homónimos pueden ser:

a) Homónimos lexicales: los que pertenecen a la misma categoría gramatical: onda y honda, botar y votar, haya y aya, ojear y hojear, etc.

b) Homónimos gramaticales: los que no pertenecen a la misma categoría gramatical (cabe, verbo y cabe, preposición), o los que perteneciendo a la misma categoría gramatical se diferencian por alguna marca morfemática: el pez – la pez, el orden – la orden.

c) Homónimos léxico-gramaticales: los que se han formado a través de un cambio de funciones: poder (verbo) – poder (sustantivo).

d) Homónimos morfológicos: cuando se producen diferentes formas de una sola palabra: decía: primera y tercera personas del imperfecto de indicativo; salimos: primeras personas del presente y del perfecto de indicativo. O se dan formas correspondientes de palabras diferentes: fui (de ser y de ir), ve (de ir y de ver), etc.

Si la homofonía va acompañada de la homografía en cualquiera de los casos arriba mencionados se puede hablar de homónimos absolutos (“ayuda de cámara” y “ayuda al prójimo”), cabe (preposición) y cabe (verbo), mientras que si no, serán homónimos parciales: cave (verbo “caver”) y cabe (preposición).

La causa principal de la homonimia es la evolución fonética convergente de palabras distintas procedentes de un período anterior (homónimos estimológicos). Cuanto más desgaste fónico hayan sufrido las lenguas en su evolución, y por lo tanto hayan originado palabras muy cortas (monosilábicas), tanto más frecuente será la homonimia; por ejemplo, el francés o el inglés. EN español, señor evolucionó a través de seor > se hasta so (que aún queda en la expresión so tonto) y también s u b > so (preposición). Del mismo modo dominus > don y donu > don.

En las zonas hispánicas donde no se realiza la distinción /θ/ - /s/ aparecen abundantes homónimos: cebo / sebo, caza / casa, etc. Lo mismo puede ocurrir en los casos de yeísmo: halla / haya, valla / vaya, olla / hoya, etc.

La homonimia también puede darse ocasionalmente a causa de procesos fonosintácticos; recuérdese el verso de Góngora: “con dados ganan condados”, o un novillo / un ovillo, la amiga / la miga, las salas / las alas, etc.

¿Qué soluciones tiene la lengua para evitar los casos de homonimia? En la mayoría de los casos, es muy difícil que se produzca la homonimia, ya que la pertenencia de los homónimos a categorías gramaticales diferentes y, por lo tanto, conmutables sólo en determinados puntos de la cadena sintagmática, evitan la confusión; por otra parte, el contexto también resuelve estos casos.

Pero la lengua puede recurrir a determinados procedimientos para evitar los casos de homonimia.

1. El género gramatical es un elemento eficaz para ello: por ejemplo: el orden / la orden, el pez (< lat. piscis) / la pez (< lat. pix, picis), el corte / la corte, el guía / la guía.

2. Del mismo modo, el número gramatical puede realizar la diferencia: hinojo (planta) / hinojos, esposa / esposas, grillo / grillos.

3. Por ligera modificación de las formas homonímicas, bien cambiando un sonido o por introducción de uno nuevo: especie y especia, derivados del mismo étimo latino s p e c i e s.

4. Realizando una modificación preventiva en la evolución de la palabra: la conservación de la [f-] latina en ciertas palabras ha permitido distinguirlas de otras en las que se produjo su desaparición: fijo (< f i x u) / hijo [< f i l i u); fiel (< f i d e l eI / hiel (< f e l). En regiones de Venezuela y Puerto Rico, fojas, ‘hojas de libros’, y hojas, ‘hojas de árboles’.

5. Si la homonimia se llega a producir, la lengua aún dispone del procedimiento de sustitución de un elemento por otro. El latín o l e u m evolucionó sólo hasta olio; podía haber seguido hasta ojo, pero para evitar la colisión con ojo (< lat. o c u l u m) se tomó el arabismo aceite

[Quilis, A. / Esgueva, M. / Gutiérrez, M.-L. / Ruiz-Va, Pilar: Lengua española. Madrid: Centro de Estudios Ramón Areces, 1991, p. 429-30]

«En las Categorías (I, 1, 1a sigs) Aristóteles introdujo la distinción entre cosas llamadas homónimas, cosas llamadas sinónimas, y cosas llamadas parónimas.

Dos cosas se llaman sinónimas cuando llevan el mismo nombre en el mismo sentido. El término ‘sinónimo’ designa a la vez comunidad de nombre e identidad de noción. Así, el hombre y el buey son sinónimos, no sólo por ser llamados con el nombre común ‘animal’, sino también porque la definición de ‘animal’ en ambos casos es la misma. Dos cosas se llaman homónimas cuando sólo el nombre aplicado a ellas es común, pero en cambio, el concepto o término mental, logos, aplicado a ellas es diferente. Así, un hombre real y un hombre pintado son homónimos, porque, aunque puede aplicarse a ambos el término ‘animal’, su naturaleza es diferente. Dos cosas se llaman parónimas cuando, siendo distintas en el caso, ptosis, reciben su apelación según su nombre. Por ejemplo, de ‘gramática’ procede ‘gramático’; y de ‘valentía’, ‘hombre valiente’. Con ello Aristóteles sistematizó una serie de nociones que habían sido investigadas por los sofistas y Platón (en el Protágoras –donde se pregunta [340 A] por las diferencias entre ‘querer’ y ‘desear’–, el Cratilo, el Parménides y el Timeo), pero que hasta entonces no habían sido suficientemente aclaradas.»

[Ferrater Mora, José: Diccionario de filosofía. Buenos Aires: Ed. Sudamericana, 1969, p. 682-683]

La eficacia de la comunicación es óptima si en un signo lingüístico (significante + significado) a cada significante (secuencia de fonemas) le corresponde un significado y viceversa. Pero esto ocurre solamente en los lenguajes científicos. En las lenguas naturales pueden darse dos o más significados para un significante o a la inversa.

Según esta multivalencia, se pueden estudiar los aspectos léxicos y semánticos de las palabras relacionándolas según los criterios siguientes:

§         la pronunciación

§         la (orto)grafía

§         el significado

 

Aspectos léxicos y semánticos: significante y significado

 

 

homónimos

(igualdad)

 

 

totales

homógrafos y, por consiguiente,

homófonos

 

comparten la grafía, y por tanto la pronunciación

 

 

palabras con significado diferente

 

parciales

homófonos, pero no homógrafos

comparten la pronunciación, pero no la grafía

parónimos

(semejanza)

palabras fonéticamente parecidas: hombre – hambre, túmulo – tálamo, amor – humor, jícara - jácara

sinónimos

coincidencia de significado entre varias palabras: burro – asno – borrico – pollino - jumento

antónimos

palabras que expresan ideas opuestas: claro – oscuro; vida - muerte

heterónimos

palabras diferentes que tienen proximidad semántica: toro - vaca

polisemia

pluralidad de significados en una misma palabra: masa (para un albañil, un panadero, un físico)

 

Lo mismo y lo contrario: sinonimia y antonimia.

¿Son iguales o se parecen?: homonimia (homografía homofonía) y paronimia.

Un mismo origen y muchos significados: polisemia.

 

parónimos

Los parónimos son aquellas palabras que tienen entre sí alguna relación o semejanza (se parecen, pero no son), por su etimología (cálido y caldo) o solamente por su forma (escritura) o sonido (pronunciación).

Los parónimos por ser muy parecidas en su pronunciación y escritura, aunque muy diferentes en su significado, se prestan a confusión:

patrón = el que da trabajo a los obreros

padrón = nómina o lista de habitantes

efecto y afecto se pueden confundir en la pronunciación, así como

absorber <> absolver

infligir <> infringir

intimar <> intimidar

competer <> competir

pana, pala y pata son sustantivos parónimos

caballo y cabello tienen un sentido diferente con una forma muy parecida

Etimología popular por atracción paronímica:

“Fenómeno que se produce por la «tendencia a asociar a cada palabra un sentido determinado. Esta creación de significado manifiesta, en general, o bien por trastrueque semántico o bien por adaptación fonética de la palabra» (Wartburg). Se trata, pues, de un cruce basado en imaginarios supuestos etimológicos. Por ejemplo, el «cerrojo» fue en latín veruculum, que dio en español antiguo berrojo; pero esta palabra nada decía a la comprensión popular. Como el instrumento servía para ‘cerrar’, a esta voz se remitió por falsa etimología la insignificativa palabra berrojo, que así se llenó de significado: cerrojo, ‘lo que sirve para cerrar’. En este ejemplo se produjo un cambio fonético, pero la etimología popular (que, como Wartburg ha señalado, opera entre todos los hablantes, aun en los de mayor cultura) puede ocasionar incorrecciones en el uso de una palabra, y aun importantes cambios semánticos. Blondo, por ejemplo, significa ‘rubio’; pero en la mente de Meléndez Valdés se asoció a blando y onda, pasando a significar ‘ondulado y suave’: Tu vellón nevado / de ricitos lleno / cual de blanda seda / cuidadoso peino. El fenómeno se denomina también paretimología y atracción paronímica.” [Lázaro Carreter, F.: Dicc. de térm. filológ., p. 175-176]

Cuando la alteración se origina por asociación entre la pronunciación de una palabra y la de otra más familiar para el hablante se habla de etimología popular:

*vagamundo, por vagabundo;

*guardilla, por buhardilla;

*destornillarse de risa, por desternillarse de risa, etc.

Son más abundantes las confusiones denominadas de parónimos entre palabras de parecida pronunciación, aunque de significado muy diferente, cuando se usa una palabra con el sentido de otra que tiene una expresión semejante:

abertura por apertura

lapidar por dilapidar

actitud por aptitud

ostentar por sustentar

contornearse, por contonearse

cortocircuito, por cortacircuito

trompa de agua, por tromba de agua

salir de ?estampida, muy generalizada, por salir de estampía

*en olor de multitudes, se han cruzado los dichos en olor de santidad y en loor de multitudes.

Un ejemplo de cómo se maneja con brillantez el parentesco etimológico entre palabras:

“En un texto de José Ricardo Morales se lee:

«Conocemos al hombre tanto por aquello que cuida como por lo que descuida o le tiene sin cuidado. Cuida todo aquello que cubre con su atención, cuando a-tiende, y el cuidado que esto le merece se representa mediante la ‘curiosidad’ (tal como lo que se descuida se reconoce en el abandono y desaliño de la ‘in-curia’».

Es un ejemplo de uso hábil e iluminativo de sentidos primarios.”

[Ferrater Mora, José: Indagaciones sobre el lenguaje. Madrid: Alianza Editorial 1970, p. 206]

paronomasia

Figura retórica que consiste en colocar próximos en la frase dos vocablos parónimos, bien por parentesco etimológico (quien parte y reparte se lleva la mejor parte), bien por semejanza casual (compañía de dos, compañía de Dios). Se le da también el nombre de annominación.

Juegos de palabras y humor

-Se pasa, se pesa, se pisa y se posa, ¿qué es? -La uva.

La rata estuvo escondida un buen rato.

No es lo mismo Santiago de Compostela que compóntelas como puedas.

No es lo mismo decir John bájate del bote que bájate del botellón.

No es lo mismo, una pelota en China, que una china en pelota.

-¿Cómo se llama el ministro de defensa japonés? -Nitiro tirito.

Juegos de palabras en alemán:

Estufa en chino: Hei Zung  [alemán Heizung].

Policía en chino: Lang Fing Fang [= der den Langfinger fängt ‘el que detiene a los cacos’].

Ministro de cultura chino: Bild Dung [alemán Bildung ‘cultura’].

homónimos > tienen el mismo nombre

comparten la grafía y la pronunciación

se diferencian solo por su significado

 

 

banco

entidad bancaria, establecimiento público de crédito

asiento en que pueden sentarse varias personas

Córdoba

ciudad andaluza

ciudad argentina

 

Si se escriben igual, son homógrafos y, como suenan igual, son también homófonos.

Si no se escriben igual son solamente homófonos.

Todos los homónimos son homógrafos y homófonos y todos los homógrafos son homónimos y homófonos; pero los homófonos propiamente dichos no son homógrafos. No existen en español homógrafos que no sean al mismo tiempo homófonos, como es el caso en francés: les fils = /fis/ hijos’ y /fil/ ‘hilos’. Pues casos como término, termino, terminó no son ni homófonos ni homógrafos, y se diferencian por el acento.

La homonimia se puede dar también en el campo paradigmático de la conjugación: decía (1a y 3a persona del imperfecto de indicativo), servimos, escribimos, catamos, tomamos (1a persona del plural del presente y del perfecto simple).

Mientras que para las zonas de seseo, es decir, que no distinguen la c ante e/i de la s, los pares de palabras caza y casa, cocer y coser, casar y cazar, etc. son casos de homofonía, en las zonas cecistas estos casos serían más bien parónimos.

La lengua dispone de varias soluciones para evitar la homonimia: diferenciación de género y número (puerto – puerta), cambio de artículo (el frente, la frente), diferenciación entre singular y plural (esposa – esposas), detención de la evolución fonológica de una palabra (faz – haz, fiel – hiel), sustitución de un elemento por otro (el latín oleum evolucionó sólo hasta olio; podría haber seguido hasta ojo, pero para evitar la colisión con ojo, del lat. oculum, se tomó el arabismo aceite).

No confundir con:

sinónimos: palabras diferentes con el mismo significado: burro = asno

antónimos: palabras que expresan ideas opuestas: claro <> oscuro

homógrafos > tienen la misma grafía

comparten la grafía y la pronunciación

se diferencian solo por su significado

 

 

capital

capital de una nación 

dinero para invertir

haya

árbol de la familia de las Fagáceas

presente de subjuntivo del verbo haber

cazo

 

presente de indicativo del verbo cazar

recipiente

 

homófonos > tienen la misma pronunciación

comparten la pronunciación: su pronunciación es igual o muy parecida

se diferencian solo por la grafía y el significado

 

 

sabia

persona que tiene sabiduría 

savia

jugo que nutre a las plantas

votar

emitir un voto

botar

echar al agua un buque

errar

cometer un error

herrar

clavar las herraduras a las caballerías

bello

hermoso

vello

pelo delgado o menudo

 

Letras homófonas son aquellas que representan un mismo sonido: la c delante de e/i y la z son letras homófonas.

En los países o regiones hispanohablantes en los que domina el seseo o la no diferencia entre la c, s y la z, así como de la b y la v, resulta que son homófonas palabras que propiamente serían parónimas en regiones que no conocen el seseo: abrazar <> abrasar, concejo <> consejo, cazar <> casar, casa <> caza, cocer <> coser, etc.

falsos amigos / falsos parónimos / parónimos interlingüísticos

Cuando dos palabras de idiomas diferentes son homónimas, pero no tienen en ambas lenguas el mismo significado, se habla de falsos amigos. Por ejemplo en italiano burro significa ‘mantequilla’ y no ‘asno’ como en español.

Falsos amigos parónimos o parónimos interlingüísticos son palabras que tienen en una lengua morfología semejante a la de otro de otra lengua, pero cuyos significados son parcial o totalmente diferentes: ‘verano’ en alemán Sommer, en inglés summer; el inglés champion ‘campeón’ se parece al español champiñón ‘seta’; el inglés constipated ‘extreñido’ se parece al español constipado ‘resfriado’; el inglés library ‘biblioteca’ se parece al español librería ‘venta de libros’; en portugués ceroulas o ceroilas ‘calconcillos largos’ se parece al español ciruelas.

[Justo Fernández López]

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