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KONTEXT Contexto

(comp.) Justo Fernández López

Diccionario de lingüística español y alemán

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Vgl.:

Intertextualität / Text / Textlinguistik / Literatur / Narrativität / Code / Kommunikation / Semantisches Feld / Erfahrungshorizont

Kontext(ualität) [lat. contextus = Zusammenhang]

Man unterscheidet in der Forschung den kulturellen (darunter auch den literarischen) und den sprachlichen Kontext.

1.       Der literatische Kontext meint weniger den in einem Werk gegebenen Zusammenhang als kohärentes Textsystem, als vielmehr die dem spezifischen Text vorausliegenden und umgebenden Determinanten soziokultureller Art. Diese literaturwissenschaftliche K. untersucht die Abhängigkeit von Texten (Kunstwerken) und relativiert damit den Anspruch auf Werk-Autonomie und überhistorische Gültigkeit. Sie strebt nach einer Konvergenz zwischen Rekonstruktion historischer Verständnishorizonte durch Entkanonisierung der Texte und ihrer Deutungstraditionen, und freier Rezeption durch Rückgriff auf die Kontexte vergangener kommunikativer Systeme.

2.      Der sprachlicher Kontext läßt ein sprachl. Element in seiner semantischen Nachbarschaft, syntakt. Konstellation oder auch artikulator. Verbindung zu einem gesicherten Zeichen im Mittelpunkt werden. Zu dieser innersprachl. K. gesellt sich auf pragmat. Ebene der situative Kontext, der für die (sprachl.) Kommunikation Voraussetzungen bereitstellt, in denen die sprachl. Zeichen eine andere Wertigkeit erhalten können. Der von J. R. Firth begründete strukturelle Kontextualismus stellte die Untersuchungen über die soziale Sprachpraxis über solche des Sprachsystems, wodurch diese Forschungsrichtung für theoret. und prakt. Arbeiten zum Spracherwerb einflussreich wurde.“

[Metzler-Literatur-Lexikon: Begriffe und Definitionen, hrsg. von Günther und Irmgard Schweikle. Stuttgart: J. B. Metzlersche Verlagsbuchhandlung, ²1990, S. 250]

Kontext [lat. con-textus ‚Zusammenhang’]

Als umfassender Begriff der Kommunikationstheorie bezeichnet K. alle Elemente einer Kommunikationssituation, die systematisch das Verständnis einer Äußerung bestimmen: den verbalen und non-verbalen (z.B. mimischen) K., den aktuellen K. der Sprechsituation und den sozialen K. der Beziehung zwischen Sprecher und Hörer, ihrem Wissen und ihren Einstellungen. Im speziellen Sinn von „sprachliche Umgebung“ wird neben K. auch der Terminus „Kotext“ (Catford) verwendet.“ [Bußmann, S. 616]

„Unter Kontext wird „die Umgebung eines sprachlichen Mittels, im engeren Sinne die linguistische Umgebung“ (Silman 1968, 854) verstanden.“ [Sommerfeldt / Starke, S. 301-302]

Das Kontextproblem

„Von großer Wichtigkeit ist bei sprachlichen Analysen der Kontext. Im Gegensatz zu logisch‑mathematisch konstruierten künstlichen Sprachen, die kontextfreie Zeichensysteme darstellen, spielt der Kontext bei natürlichen Sprachen eine große Rolle, da von ihm große Hilfe vor allem bei der Entschlüsselung von Bedeutungen geleistet wird. In flexionsarmen Sprachen wie dem Englischen ist der Kontext von entscheidender Relevanz, da z. B. Substantiv und Verb oft voneinander nicht zu unterscheiden sind. U. a. wurde folgende Vierteilung innerhalb der Kontextproblematik vorgeschlagen:

(1) Sprachlicher Kontext

(2) Situationskontext

(3) Emotionskontext

(4) Kulturkontext

(inkl. Sozialkontext).

Vereinfachend könnte man auch von einem sprachlichen und einem situationsbezogenen Kontext sprechen.“

[Nickel, Gerhard: Einführung in die Linguistik: Entwicklung, Probleme, Methoden. Berlin: E. Schmidt, 21985, S. 138]

Der Kontext

Gehen wir in einem Text von einem bestimmten Zeichen aus, so nennen wir alle übrigen Zeichen des Textes den Kontext dieses Zeichens. Betrachten wir zum Beispiel die gelbe Farbe an der Verkehrsampel als eigenständiges Zeichen, so kann dieses Zeichen in zwei verschiedenen Kontexten erscheinen: einmal zusammen mit rot, einmal allein. Wir sehen also, dass es der Kontext ist, der Homonyme richtig deuten hilft. Ebenso lassen sich Polysemien aufgrund des Kontextes eindeutig determinieren.“

[Link, Jürgen: Literaturwissenschaftliche Grundbegriffe. Eine programmierte Einführung auf strukturalistischer Basis. München: Wilhelm Fink Verlag, 1974, S.40]

„El contexto es de naturaleza lingüística, pero la situación, que no es de esa naturaleza, influye, sin embargo, en el mensaje. De modo que B. Pottier ve actualmente en todos los niveles del acto de lenguaje la manifestación tanto de la situación como del contexto. Ésta es también la posición de P. Charaudeau (1972), quien distingue entre el contexto extralingüístico (es decir, la situación) y el intralingüístico (es decir, el contexto propiamente dicho).

Esta comunicación va del emisor al receptor y es interesante observar que, para comprender el mensaje, el receptor no retiene, sin embargo, todos los signos emitidos por el emisor. La organización del conocimiento a nivel conceptual es considerada independiente de la Lenguas Naturales. Cuando hay comunicación, emisor y receptor emplean un código en LN que realiza una elección en un conjunto de conocimientos que pertenecen a la „competencia“ de cada uno. Según B. Pottier, en realidad ocurre que nuestra competencia presenta dos niveles: uno, muy general, la disponibilidad (de emisor y del receptor), conjunto de posibilidades más o menos amplias, según los individuos; el otro, la especificidad, propia de ciertos ámbitos selectivos, como los „campos de experiencia“1, que servirán de primer filtro, antes del acto de discurso (o su realización en actualización). De ahí el siguiente cuadro:“

[Pottier Navarro, Huguette: La polisemia léxica en español. Teoría y resolución. Madrid: Gredos, 1991, p. 11-12]

___________________

1     B. Pottier introdujo, en 1968, la noción de „campo de experiencia“, distinto del „campo semántico“. La experiencia es un hecho socio-cultural que forma parte de la competencia.

Contexto

Contexto es el conjunto de palabras que rodean a un término dado y que aclaran su sentido y su valor.

Cuando explicamos el significado de una palabra en una frase concreta y elegimos la acepción que le corresponde en ese caso concreto, hacemos uso del contexto de esa palabra.

Si decimos: «hoy no tomo café» y «leo el tomo segundo del Quijote», por el contexto deducimos que, en el primer caso, «tomo» es verbo (de tomar); y en el segundo es un sustantivo, equivalente a volumen, libro.

Nota

En el habla ordinaria, se confunden ambos términos con mucha frecuencia.

El contexto es un fenómeno lingüístico; la situación es extralingüístico.

Y en ese sentido deberían emplearse.

(Hay autores que hablan de contexto de situación y contexto lingüístico.)

Decir que en la frase del esquiador es el contexto (la nieve) el que nos aclara lo que quiere decir esa frase, no es correcto. La nieve es un fenómeno extralingüístico; es la situación (nieve, invierno, montaña) y no el contexto.

[Alonso Marcos, A.: Glosario de la terminología gramatical. Unificada por el Ministerio de Educación y Ciencia. Madrid: Magisterio Español, 1986, p. 22-23]

«Contexto y situación

En el acto de comunicación, la palabra suele aparecer unida a otras formando enunciados que se producen en una situación concreta en la que se establece una relación social entre el hablante y su(s) interlocutor(es), circunstancia necesaria en toda comunicación que influye en gran medida en el funcionamiento del lenguaje, particularmente en el plano semántico, tanto en la perspectiva del hablante (cuando selecciona los elementos que le ofrece la lengua) como en la del oyente (al interpretar el mensaje).

De acuerdo con ello, llamamos contexto lingüístico (o, simplemente, contexto) al conjunto de palabras, junto con las relaciones que se establecen entre ellas, integradas en un enunciado, elemento o complejo, y contexto de situación (o situación), al conjunto de relaciones de naturaleza social existente entre las personas que participan en la comunicación, es decir, los datos comunes al emisor y al receptor sobre la situación cultural y psicológica, las experiencias y los contenidos de ambos.

Estos dos tipos de circunstancias actúan preferentemente en el plano semántico (aunque también pueden manifestarse en el morfosintáctico y en el fónico), tanto en lo relativo a la denotación como a la connotación. En los dos aspectos, la acción del contexto presupone el paso de la lengua al habla, es decir, actualiza determinados aspectos significativos de entre el conjunto de posibilidades virtuales que tiene la palabra en el sistema lingüístico.

Si comparamos “Voy a dar un paseo“ y “Me lo encontré en el paseo”, observamos que paseo significa en ambas oraciones cosas distintas debido a que los contextos son diferentes; en el primer ejemplo, significa ‘acción de pasear’, y en el segundo, ‘lugar destinado en las poblaciones para pasearse’. Por otro lado, un mensaje como “Un clavo” no significa los mismo si lo emite un conductor que está indagando por qué se ha pinchado la rueda de su automóvil que si lo emite un carpintero dirigiéndose a su ayudante; la situación hace que, en el primer caso, interpretemos ‘ha sido un claro’, y, en el segundo, ‘dame un clavo’.»

[Hernando Cuadrado, Luis Alberto: Introducción a la teoría y estructura del lenguaje. Madrid: Editorial Verbum, 1995, p. 94-95]

Contexto

El ‘contexto’ es la categoría lingüística que cumple dos funciones básicas en la comunicación: (a) fijar el significado de una unidad lingüística; y (b) convertir a una o más oraciones en un enunciado. Es uno de los conceptos básicos del paradigma de la pragmática, y es tan grande su importancia en esta perspectiva investigadora que forma parte de algunas de las definiciones que se han hecho del término pragmática. Por ejemplo, para Levinson (1983: 14) «la pragmática es el estudio de la capacidad o habilidad que tienen los usuarios del lenguaje para emparejar oraciones y ‘contextos’ apropiados».

Sin embargo, el término no es nuevo, es clásico en casi todas las corrientes y perspectivas de la historia de la lingüística; incluso en el paradigma generativista encontramos investigadores del contexto, como los lingüistas de la semántica generativa (Lakoff, G., 1974), que analizaron varias de sus dimensiones. Algunas teorías de la interpretación de los mensajes consideran que el receptor selecciona un ‘contexto’, que utiliza para interpretar el enunciado; otras estimas que el ‘contexto’ lo construye el interlocutor como parte del proceso de interpretación (Blakemore, D., 1987: 11; Ochs, E., 1979: 1). Tanto en unas como en otras el ‘contexto’ es una pieza fundamental que actúa de marco coordinador de las dimensiones lingüísticas, sociolingüísticas y psicolingüísticas de la comunicación.

No es fácil la configuración del contexto; en la mayoría de los intentos caracterizadores del contexto se lo ha considerado como un conjunto de variables, que siempre se pueden caracterizar proposicionalmente, agrupables en tres bloques:

3.      Bloque I, formado por la situación o dimensión espacio-temporal. La ‘situación’, que ya había sido estudiada con anterioridad por Bloomfield (1933), Bühler (1934), Firth (1957), Monagham (1979), es el entorno físico inmediato, o sea, la localización espacio-temporal del enunciado, formada por una serie de índices descriptivos, entre los que destacamos, además del lugar, tiempo y la identidad de los interlocutores de los acompañantes, si los hubiere, todos los objetos que sean relevantes, los cuales condicionan las primeras expectativas interpretativas. De esta forma no sería un insulto preguntarle al carnicero: «¿Tiene Vd. pierna de cabrito y lengua de buey?»; pero sí lo sería fuera de la localización espacio-temporal de la carnicería.

4.      Bloque II, o cotexto, es el marco textual en que está enclavada la oración u oraciones de un enunciado. Este ‘cotexto’ alude a la contextura, que, en palabras de Jakobson, es una ley del lenguaje, mediante la cual toda unidad lingüística es, a su vez, entorno lingüístico o marco de referencia para otra de rango inferior, y está contenida, además, en otra de rango superior. El ‘cotexto’ puede ser inmediato o acumulado, según el grado de arrastre de unidades lingüísticas imprescindibles para poder interpretar una proposición. En el primer caso sólo precisamos de las unidades lingüísticas contiguas, mientras que en el segundo es necesario retroceder varias unidades para poder interpretar el enunciado. Las anáforas y los deícticos textuales forman parte de la interacción existente entre enunciados y co-textos.

5.      Bloque III, o presuposición pragmática, que comprende las ideas, las escalas de valores, y los conocimientos culturales de todo tipo compartidos por los interlocutores. El bloque III es en realidad el mundo real o de ficción, llamado también universo del discurso, a que hace alusión constantemente todo enunciado, por ejemplo, el de «Alicia en el País de las Maravillas» de L. Carroll, o el de la novela 1984 de G. Orwell. Este tercer bloque del ‘contexto’ crea un vínculo de solidaridad entre los interlocutores, porque garantiza el que estén dentro del juego y que sepan de qué trata el discurso. El análisis de la vinculación existente entre este bloque y los otros dos es complejo ya que, en cierto sentido, se trata de relaciones asimétricas (Coseriu, 1967: 282-323; Ducrot, 1982).

Además de esta caracterización del contexto en tres bloques existen muchas otras. Por ejemplo, el ‘contexto’ puede quedar constituido por dos grandes variables, una lingüística y otra extralingüística. La lingüística, a su vez, consta de la variable verbal (las oraciones que se expresan) y de la no-verbal (los gestos, las modulaciones de la voz, etc.); la extralingüística está compuesta también de otras dos variables: la objetiva (el mundo en donde se emite el enunciado con las personas que intervienen, los acontecimientos, el tiempo, etc.); y la subjetiva (el mundo de los conceptos, de las relaciones, de las ideas, de las creencias y de la ideología, etc.).”

[Alcaraz Varó, Enrique / Martínez Linares, María Antonia: Diccionario de lingüística moderna. Barcelona: Editorial Ariel, 1997, p. 145-146]

«Contexto

1. Conjunto de componentes de un enunciado que están contiguos o próximos a una unidad lingüística y determinan sus propiedades. Por ejemplo, la posición intervocálica es uno de los contextos fónicos para la realización aproximante del fonema /d/ en palabras como estropeado, comido, Ganada, etc.

2. Se emplea también este término, solo o en la expresión ‘contexto situacional’, como sinónimo de ‘situación’.

3. Algunos autores utilizan el término ‘contexto’ en un sentido amplio que incluye lo denotado en las dos acepciones anteriores. Desde esta perspectiva, el contexto englobaría al entorno lingüístico (o ‘contexto’) y a la situación extralingüística.

4. Roman Jakobson, en su propuesta sobre los componentes de los actos comunicativos, utiliza el término ‘contexto’ como equivalente de ‘referente extralingüístico’. (Cf. Canal, Código, Emisor, Mensaje, Receptor.)»

[Eguren, Luis / Fernández Soriano, Olga: La terminología gramatical. Madrid: Gredos, 2006, p. 63]

«El contexto importa y decide el sentido. No es lo mismo "fuego" si lo dice un tipo con un cigarro en la mano que un oficial al mando de un pelotón de fusilamiento. Afirmaciones como "la situación del pueblo palestino es intolerable" o "no estoy en guerra con el islam ni lo estaré" en boca de Obama tienen un peso; en la del jefe de Gobierno de Andorra tienen guasa. No se pueden decir ciertas cosas si no se tiene a mano el maletín con los códigos de lanzamiento de los misiles. Suena pomposo por impotente.» [Félix Ovejero Lucas: “Sentido de la medida”]

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