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SYSTEMISCHE GRAMMATIK

Gramática sistémica

(comp.) Justo Fernández López

Diccionario de lingüística español y alemán

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Gramática sistémica / sistemático-funcional

Systemisch Grammatik [engl. Scale-and-category-grammar]

Auf sprachtheoretischen Ansätzen von J. R. Firth beruhendes, von M. A. K. Halliday ausgearbeitetes deskriptives Analysemodell von Sprache, das davon ausgeht, dass linguistische Beschreibungen Abstraktionen sprachlicher Formen aus sprachlichen Äußerungen sind, wobei zwischen Sprache und Welt eine enge Beziehung besteht, die durch den Situationskontext hergestellt wird. Dabei gewährleistet ein System sich gegenseitig definierender und logisch auseinander ableitbarer formaler Einheiten eine angemessene und vollständige Sprachanalyse.

Halliday [1961] unterscheidet zwischen

(a)  drei Ebenen (levels): Form (Grammatik, Lexik), Substanz (Phonologie, Orthographie) und Situationskontext (Semantik, die sich aus der Relation zwischen Form und Kontext ergibt);

(b)  vier Grundkategorien: Einheiten (units), d.h. strukturierte »Elemente« aller »Ebenen« (z. B. Satz, Wort, Morphem), Struktur (die die syntagmatische Ordnung innerhalb der »Einheiten« spiegelt), Klasse (Klassifizierung der »Einheiten« gemäß ihrer Funktionen) und System (paradigmatische Ordnung zwischen »Einheiten« geschlossener »Klassen«, z.B. Numerus) und

(c)  drei Abstraktionsskalen, die die Beziehung zwischen den »Kategorien« und den beobachtbaren sprachlichen Daten herstellen: die »Rangskala« (rank) bezieht sich auf die hierarchische Ordnung der Einheiten (z.B. Morphem - Wort - Phrase - Teilsatz - Satz), die »Darstellungsskala« (exponence) auf die Relation zwischen den »Kategorien« und den sprachlichen Daten, und die »Feinheitsskala« (delicacy) auf genauere Unterscheidungen auf allen »Ebenen« (vgl. z.B. die Unterteilung von Nebensätzen in konzessive, kausale usw.).

Auf den Grundprinzipien der S. G. basieren zahlreiche Untersuchungen zur Syntax und Semantik des Engl.“ [Bußmann, H., S. 767-768]

Gramática sistémica / sistemático-funcional

Modelo de gramática perfilado hacia 1976 por el lingüista británico Michael A. K. Halliday a partir de la llamada lingüística contextual de John Rupert Firth. Viene a considerar el texto como una actividad semiótica de carácter social dotada de coherencia, o textura, gracias a la combinación de ciertos tipos de configuración semántica, extra e intratextuales. La configuración semántica intratextual, denominada cohesión, constituye lo más característico del aparato formal de este modelo y se compone de recursos como la referencia, la sustitución, la elipsis, la conjunción y la cohesión léxica propiamente dicha, los cuales, a su vez, se subdividen en otros componentes constitutivos más elementales y realizan funciones obligatorias u optativas para integrarse, en virtud de reglas preestablecidas, con los datos sociales que dan configuración externa al texto.“

[Diccionario de lingüística. Anaya, p. 136] 

Sistémico

El término 'sistémico' –y vocablos emparentados con él, como 'sistemismo', 'sistémica', 'sistemidad'– puede emplearse para referirse a cualquier sistema o a cualquier estudio relativo a sistemas. Sin embargo, se viene distinguiendo entre 'sistémico' y 'sistemático' –así como entre 'sistemismo' y 'sistematismo'; 'sistémica' y 'sistemática; 'sistemidad' y 'sistematicidad'–. La última serie de vocablos, y en particular 'sistemático', se emplean cuando se trata o de la noción de sistema de un modo muy general o de esta noción tal como ha sido empleada y estudiada en el pasado, particularmente en el tratamiento de cuestiones relativas a la naturaleza de los «sistemas filosóficos». La primera serie de vocablos, y en particular 'sistémico', se emplea en todo tratamiento de sistemas dentro de la llamada «teoría general de sistemas». Puede emplearse asimismo en los análisis de las características de sistemas formales, pero, salvo algunas excepciones, los lógicos, matemáticos y filósofos que han desarrollado la metateoría de sistemas formales no han usado mucho el adjetivo «sistémico».

Puesto que la teoría general de sistemas se ocupa de toda clase de sistemas, el término 'sistémico' es de aplicación general: todo sistema tiene un carácter sistémico y toda consideración de sistemas desde el punto de vista de la teoría general de sistemas es sistémica. Sin embargo, se tiende a emplear 'sistémico' especialmente en el caso de ciertos tipos de sistemas. Uno de los más frecuentemente mencionados al respecto es el sistema constituido por elementos que se hallan entre sí en relación funcional tal que se produce una interdependencia de acuerdo con un conjunto de reglas. Ejemplo de estructura sistémica en el sentido apuntado es la temperatura en un recinto controlado por un artificio termostático –y, en general, todos los sistemas cibernéticos de equilibrio estable–. El carácter principal de tales estructuras sistémicas es el poseer un mecanismo de retroacción o, como se llama asimismo, un mecanismo de feed-back. El estudio general de las condiciones estructurales de dichos mecanismos es objeto de la teoría de la información.

Pero aunque el estudio de los sistemas cibernéticos en equilibrio estable ha contribuido grandemente a la difusión del término 'sistémico', a diferencia de 'sistemático', el primero de dichos términos se ha venido usando asimismo con relación al estudio de otros sistemas, tales como los organismos vivientes, las estructuras ecológicas –eco-sistemas o estructuras sistémicas que implican series de reacciones entre organismos y su contorno natural, incluidas las llamadas «cadenas de nutrición»– y los sistemas sociales, tanto humanos como animales. Algunos autores han apuntado que este uso generalizado se presta a confusiones y que sería mejor restringir el empleo de 'sistémico' al estudio de estructuras que, aunque altamente organizadas, no se regulan a sí mismas. El hecho es, sin embargo, que la tendencia a usar sistémico en todos los estudios de sistemas y tipos de sistemas, especialmente dentro de la teoría general de sistemas, se ha generalizado, lo que hace más expedito aceptar este uso generalizado aun si se sigue considerando necesaria en cada caso una aclaración del significado de 'sistémico' a la luz de la clase de sistemas estudiada.

El punto de vista sistémico ha sido propugnado por autores que han partido de la biología, como Ludwig von Bertalanffy, o de la economía, como K. E. Boulding; ha sido desarrollado, pues, en [3069] diversos campos, sirviendo de comparación y contraste, mediante transferencia de modelos, de un campo científico a otro. El desarrollo de la cibernética y la informática ha contribuido mucho a la consecuente aplicación del punto de vista sistémico. Ludwig von Bertalanffy se ha ocupado del desarrollo amplio de dicho punto de vista dentro de la llamada «teoría general de sistemas». Una forma muy generalizada de esta teoría –o una aplicación filosófica de ella– se halla en Ervin Laszlo, el cual adopta el «sistemismo» como la mejor filosofía sintética posible en el estado actual de los conocimientos. Se trata entonces de una generalización a la par que de una fundamentación de la «teoría general de sistemas» y del «análisis de sistemas».

El significado de 'sistémico' varía según se acentúe uno u otro aspecto del «sistema». A menudo se trata de caracterizar un método de estudio de realidades, o tipos de realidades; en este caso cabe hablar de un «sistemismo metodológico» o también (cuando se pone de relieve el «vocabulario» usado) de «sistemismo conceptual». A veces se supone que la realidad estudiada tiene un carácter «sistémico», y por ello puede estudiarse sistémicamente; en este caso cabe hablar de un «sistemismo real», de un «sistemismo ontológico» o inclusive de un «sistemismo metafísico». En ocasiones se combinan, explícitamente o no, los dos aspectos mencionados del sistemismo.

Cuando se destaca el carácter metodológico, o el carácter conceptual, del sistemismo se puede aún caracterizar a éste de varios modos. Algunos autores han estimado que la insistencia en el estudio sistémico de estructuras corre parejas con su carácter «estructural», de modo que el sistemismo es, según los casos, o una variante del estructuralismo, o una base del estructuralismo. En todo caso, se procura entonces poner de relieve la diferencia entre lo «sistémico-estructural» y lo «evolutivo». En ocasiones se indica que el estudio sistémico es un estudio «global» o «globalista», en favor de un «totalismo» y en contra de todo «atomismo» –en el sentido más amplio de esta expresión–. A veces también se ha dicho que el sistemismo se opone a todo «analitismo», de modo que una «filosofía sistémica» o una «filosofía de sistemas generales» es lo opuesto de una «filosofía analítica».

Sin embargo, las mencionadas contraposiciones se han atenuado con frecuencia. En primer lugar, no parece necesario identificar 'sistemismo' con 'globalismo' en contra de un «atomismo» (o, en caso del estudio de estructuras sociales, de un «individualismo»). Es posible concebir el punto de vista sistémico como uno de índole relativamente «neutral», capaz de establecer una conexión entre datos de carácter «atómico» y datos de carácter «global». Según ello, el punto de vista sistémico es previo a, o en todo caso se niega a seguir, una definitiva posición «atomista» o «globalista» («totalista»). En segundo lugar, no parece que la tendencia a usar un «método de análisis» sea necesariamente incompatible con un punto de vista sistémico. La llamada «filosofía analítica» ha incluido, especialmente en sus comienzos, buen número de tendencias de carácter «atomista» y, además, reduccionista (véase reducción), pero suponer que una estructura –real o conceptual, o ambas– tiene necesariamente que descomponerse en elementos últimos independientes entre sí representa sólo una de las posibles concepciones del procedimiento analítico en general. En principio, no hay inconveniente en adoptar una posición analítica de carácter estructuralista o hasta de carácter globalista; a fortiori, es más plausible aun adoptar una posición analítica de carácter sistemista. En esta última no se procede de elementos últimos a elementos compuestos de tales elementos últimos, sino de elementos, puntos o posiciones de un sistema a otros elementos, puntos o posiciones del sistema, así como a elementos, puntos o posiciones de otros sistemas. Se destacan en tal caso no los «elementos» o las reducciones de unos «elementos» a otros, sino las conexiones y, desde luego, las interconexiones estructurales.

[Ferrater Mora, José: Diccionario de filosofía. Madrid: Alianza Editorial, 1979, vol. IV, pp. 3068-3069]  

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